Y se abrieron las puertas de Agosto y trabajes o no, el tiempo se detiene, entran percepciones, recuerdos y deseos que las calamidades postergaron. El azar es bienvenido; las sensaciones se intensifican y la intimidad de estar en casa repara el rastro inquietante de las contingencias.
Libres de urgencias productivas cruzamos el umbral también para recobrar experiencias sin otro propósito que el de cultivar el espíritu: nos reconocemos en el placer de nuestras aficiones y nos dotamos de una mejor visión de nuestro mundo y sus posibilidades.
Olvidar; comprender; explorar; crear son elementos valiosos que la escritura aporta al devenir de la existencia. Todo arte acrecienta el sentido del bienestar proyectándonos al futuro. Me limpio de las excrecencias del pasado cuando me expreso en diarios o ficciones, fijo el valor de aquello que me construye mediante su ejercicio de escribir mis pensamientos, y me impregno de un esplendor amoroso que expele al miedo.