Escribir un diario despeja el camino hacia el autoconocimiento.
Brinda una oportunidad de identificar los episodios intensos que caracterizan la personalidad.
Es la ocasión para seguir la estela de placer que deja todo lo que me hace vibrar.
Puedes utilizarlo como recurso para revelar la naturaleza de tu carácter, en ausencia de interlocutores.
Puede servirte de estructura para mi biografía; o depósito de las experiencias que desconciertan el espíritu.
El diario de Gala fue encontrado entre papeles sueltos, por los responsables del Centro de Estudios Dalinianos. Compuesto de intensos fragmentos de su infancia y adolescencia rusa, y de su vida amorosa en Francia, hasta el encuentro con Dalí y traslado a España.
Un diario plagado de vívida emoción que acaba nombrando al amor como eje de la vitalidad de su cerebro:
“Es la plenitud del reposo, la negación del deber. Es el deseo insaciable de abrumar con dones mágicos, es un lecho llano, elástico, a la sombra del gran árbol que se inclina sobre ti; es la pequeña luna luminosa que lo promete todo. Y, en fin, es el cielo, que abre sus grandes brazos para cubrirte con su profundo azul, bañándote con su azul consolador, su envolvente azul, que permite que hasta un herido de muerte respire.”
Un diario creativo compartido suma posibilidades de registro, a la expresión silenciosa de nuestra creatividad.