Tengo un deseo que imagino compartido de dormir toda la noche sin 3 h de insomnio.
Conferencias, lecciones de historia, audio libros mientras el cuerpo gira como si las palabras rotizaran el desvelo.
El tiempo se me pasa haciendo planes y y las imagines placenteras hasta se sienten. Durante un tiempo se repiten y a algunas es como si le tomara cariño.
Con la de una mujer al timón de un velero me paso eso: un día en alta mar, otro llegando a un puerto bullicioso. Con la brisa veraniega el sol apenas se sentía.
Plácidamente, aún sin saber nadar, ya ves. Y tras haberme recetado aquagym en agosto para acabar con una distensión muscular. Ni a eso atendía la insistencia. La imaginación es lo que tiene.
Corría peligro d “colgarme” así que decidí tomar acciones concretas: me uní a un grupo de mujeres empresarias que ya conocéis Women Meet Up -la escritura creativa tiene tantas versiones-, luego vino mi formación,y mi mentora, – de esas que están en todos los frentes-, me comentó que el capitán de un velero, buscaba monitora para sus actividades.
Ya, que no te lo crees. Pues tengo que decirte dos o tres cosas: la imaginación no sólo sirve para crear relatos o novelas; ciertas leyes antiguas que hoy se aplican como fórmulas de negocio, siguen siendo leyes que funcionan; y las causalidades existen.
Esta vez no voy a necesitar tomar clases de navegación. Con la colaboración de Ricardo Yebra – te cuento en otro – he ideado actividades muy atrayentes. Puedes ver ediciones anteriores https://talleresavela.com/. Juntos hemos creado una semana de navegación y escritura por las islas griegas.
Ya sabes, será en Agosto, así que ya puedes ir imaginando.